Reflexión: Señor Perro

Año 3. Número 29. Noviembre 2007
Señor Perro
Por Eduardo Lamazón

Entre los animales es el perro el que más sufre porque es el que está más cerca del hombre. Es un dolor absurdo con que premia al animal su equivocada vocación de amistad con los humanos. Esta relación fallida en la que el perro da amor y el hombre devuelve crueldad revela indeleble la miserable condición moral que nos identifica en el trato con cualquier ser vivo indefenso.
"Si algún ser se me presenta desamparado... ¡yo lo remato!", parece ser la infamante consigna, en lugar de... "¡yo lo protejo!".

..."con una pata colgando, despojo de u
na pedrada, pasó un perro a mi lado", verseaba Manuel Benítez Carrasco.

La conquista de la Naturaleza que ha hecho el hombre con los recursos que lo dotó la evolución es atroz, y está señalada por la fatalidad de un destino irreversible, su segura autoextinción.

"¡Y qué tristes ojos tienen!, ¡qué recóndita mirada!, como si en ella pusieran su dolor a media asta... y se mueren de tristeza a la sombra de una tapia, si es que un lazo no les da una muerte anticipada."


Parece que todo lo vivo aprende en el universo, menos el hombre. No aprende, es evidente, cómo vivir sin arrasar y sin causar dolor. Lo saben la tierra, el aire, el agua, los seres vivos y el perro.

"Era joven y era viejo, por más que yo lo cuidaba, el tiempo malo pasado lo fue dejando sin alma, fueron muchas hambres juntas, mucho peso a sus tres patas."
[Es vergonzoso que siendo el perro el mejor amigo del hombre, sea el hombre el peor amigo del perro]
Hace unos doce mil años el perro se convirtió en animal doméstico y ha sido desde entonces el mejor compañero del ser humano, del campo de batalla al trabajo, del nacimiento a la tumba. El perro es para el hombre más amoroso e incondicional que su madre, que sus amigos, que su pareja y que sus hijos, no importando lo cual casi todos los perros que nacen en este mundo están destinados a sufrir intensamente. Es vergonzoso que siendo el perro el mejor amigo del hombre, sea el hombre el peor amigo del perro.

NO
te preocupes, que no ha de faltarte nada, yo también soy callejero... y a patita coja y triste, voy de jornada en jornada... Vamos pues perrito mío, vamos ¡anda que te anda!, con nuestra cojera a cu estas, con nuestra tristeza en andas, yo por mis calles oscuras, tú por tus calles calladas, tú la pedrada en el cuerpo, yo la pedrada en el alma..."

Vemos con frecuencia en los diarios títulos como estos: 'Perro ataca', 'Perro muerde', 'Perro mata'. Sería gracioso si no fuera terrible, porque los perros por naturaleza no atacan, no muerden, no matan. Es el hombre el que los somete a un trato hostil en extremo, los amarra, los hambrea, los golpea, los tortura. Y después, cuando un perro reacciona tras años atado a medio metro de cadena, lo llama perro asesino.


"Perro asesino", el perro. ¿Cómo se llama ese ser insensible y cruel que
nunca pudo encontrar en su interior una fibra que se condoliera con el sufrimiento del indefenso que de él dependía?

La vida moderna de las grandes ciudades ha empeorado asaz la vida de los hombres y de los perros. El cercenamiento del espacio vital, el hacinamiento, la asfixia del entorno muestran una aterradora escalada de insensibilidad y de indiferencia. La masificación de los seres humanos les ha robado el alma, los ha hecho distantes. No importa el dolor. Y como el dolor no importa pero dañar al prójimo está penado, la descarga de violencia se d
irige hacia los animales, entre los que el perro es el más cercano.

Los perros se reproducen exponencialmente ajenos al acecho humano que en los grandes conglomerados los extermina con los métodos más despiadados. Las llamadas autoridades, que cada día son menos el paradigma que deberían ser y devienen en canallas emboscados, cuentavotos a los que la vida civilizada no les importa, enfrentan el problema de la sobrepoblación canina con el único argumento que conocen, matar.
[Es importante adoptar perros, no comprarlos]
Nada me une a los hombres crueles, todo me separa de ellos, y sin embargo no puedo olvidar que todos pertenecemos a la especie humana. Los malos hombres no son todos los hombres, es cierto, pero ¡cuánto daño causan! ¡cuánto dolor provocan! ¡cuánta ausencia de piedad en sus actos y en sus conciencias!

Útil, amigo, cariñoso, leal, noble, protector, amoroso, compañero, incondicional, agradecido, bondadoso, entregado, generoso. ¿El hombre? No, el perro.

Vano, cruel, insensible, extraviado, vacuo, insulso, silvestre.
¿El perro? No, el hombre.

Educar sigue siendo para las buenas personas una de las pocas opciones de actuar para que las cosas cambien. Difundir el mensaje de que es
importante adoptar perros, no comprarlos. Rechazar el terrible y cruel abandono que es una práctica bárbara y espeluznante. Entender que el humano sólo puede llegar a ser lo que sus estados de conciencia le permitan, y que destruir, matar, torturar y ser verdugo lo condena.

"Ya se tiende a mis pies, con tiernos aullidos habla, ladra... para hablar más fuerte salta, gira, gira, salta, lloran, ríen, ríen, lloran... lengua, orejas, ojos, patas, y el rabo es un incansable abanico de palabras... es su alegría tan grande que más que hablarme me canta..."


Si la palabra Señor es de un uso acostumbrado para encarecer la valía de alguien, yo concluyo que a todos los perros se les puede llamar Señor perro, y que a pocos señores se les puede llamar Señor señor.



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